¿Acabas de comprarte una propiedad? ¿Conoces la importancia que tiene registrar una propiedad a tu nombre para evitar problemas futuros? A pesar de que registrar una propiedad en el Registro de la Propiedad no resulta obligatorio, sí que es cierto que se presenta como un acción totalmente recomendada para poder garantizar la completa seguridad jurídica del propietario.
Antes de entrar en materia, resulta conveniente destacar que el Registro de la Propiedad es una institución pública que tiene la función de crear titularidades sobre bienes inmuebles, con el principal objetivo de poder garantizar la seguridad jurídico-inmobiliaria que necesitan los propietarios.
Registrar una propiedad en esta institución te permitirá poder adquirir el dominio así como otros derechos sobre tus inmuebles, evitando que puedan presentarse problemas a futuro o reivindicaciones por parte de terceras personas. Además de protegerte como titular, registrar tus propiedades a tu nombre también facilita la transmisión del inmueble y la posible búsqueda de financiación. Pero ¿cuánto cuesta registrar una propiedad?
Pues a decir verdad no hay un coste fijo, ya que el mismo puede variar en función del tipo y valor de propiedad que se vaya a registrar, sus características particulares y la ubicación de ésta. Para hacerse una ligera ideal, registrar una propiedad que tenga un valor de unos 230.000 euros supondrá un coste que puede rondar los 350-400 euros, mientras que registrar una finca con un valor inferior a los 6.000 euros tendría un coste de tan solo 30-40 euros.
Es decir, tal y como se mencionaba, el coste que se tendrá que abonar irá en función principalmente del valor del inmueble comprado, por lo que no existe un precio fijo y se tendrá que calcular en función de cada inmueble.
Las tarifas que se cobran al registrar una propiedad no son fijadas de manera aleatoria, ya que las mismas se rigen por el Real Decreto 1427/1989, de 17 de noviembre, por el que se aprueba el Arancel de los Registradores de la Propiedad.
En otras palabras, los registradores de la propiedad, al igual que los notarios, tiene que ajustar sus precios a unas normas idénticas para todo el país, de modo que no se podrá cobrar cualquier tarifa y deberán guiarse por la norma establecida.