El butano, o también conocido como la calefacción de los pobres, es un gasto común en todas las casas. Esto significa que, en mayor o menor medida, en todas las casas existe y se gasta, por lo menos una botella cada cierto tiempo. Aunque, este gasto aumenta tal y como las viviendas se alejan de la ciudad o de puntos señalados donde llegan los conductos de gas. Por ello, tenemos que tener claro cuanto cuesta el butano en la realidad.
El precio del butano, al contrario que de otros productos como la gasolina, viene marcado por el Gobierno, y, este revisa su precio cada dos meses. Por ello, el precio de 
la botella de butano puede variar a lo largo del año, ya que es difícil que se mantenga siempre. Pero, muchas veces, esta variación no llega al consumidor, o mejor dicho, siempre llega en forma de aumento de precio. ¿Por qué pasa esto? Fácil, a pesar de que es un bien marcado por el gobierno, está dirigido por dos empresas ,que son las que marcan el precio real de mercado, y, a pesar de que hayan varias maneras de adquirirla -bien yendo directamente a por ella a una estación de servicio de la marca, o en los días marcados, cambiándola al camión de reparto en los propios hogares-, el precio debería ser exactamente el marcado por la ley en esos momentos, sin importar las empresas distribuidoras, pero, estas alegan gastos varios, como entrar o instalar las bombonas en los domicilios particulares, y necesario gasto humano, entre otros, para cobrar un plus, que pueden ir desde unos solos céntimos a varios euros de diferencia. Esto, si la empresa tan sólo da el servicio mínimo -cargar al camión la botella vacía y dejar en la puerta la nueva- se puede reclamar por parte del comprador a las diferentes organizaciones de defensa de los derechos del consumidor que existen.
Actualmente, el precio del butano está, marcado por el gobierno en 12,28 para el principio del 2017, aunque, la previsión es que en próximas fechas aumente por el coste de la materia prima.
